La cartera funciona como el eje central de cualquier empresa, pues sabemos que no sólo se trata de vender, sino de generar la rentabilidad suficiente que sostenga los gastos internos y externos y, además, deje ganancias. Recaudar clientes —entre más, mejor— tiene una connotación positiva, naturalmente; pero, más allá de eso, debe conocerse si esos clientes tienen la capacidad de pago suficiente para cumplir con las expectativas de financiación con las que cuenta la empresa. Por lo tanto, se debe implementar un control estricto sobre la rotación de cartera y tener una política que clasifique a los clientes y haga una depuración de aquellos con los que sí se puede contar.
Para contener con más efectividad el crimen organizado dentro de las empresas colombianas, la Superintendencia de Sociedades ha obligado a algunas empresas a implementar el sistema de autocontrol y gestión del riesgo integral de Lavado de Activos, Financiamiento del Terrorismo y Financiamiento de la Proliferación de Armas de Destrucción Masiva (LA/FT/FPADM) o SAGRILAFT, antes del 31 de mayo de este año. ¿Sabes si tu empresa está llamada a diseñar y ejecutar estos nuevos protocolos? Si no lo sabes, aquí te lo aclaramos.
Debes aplicar el SAGRILAFT si:
Las agencias aseguradoras tratan de captar empresas clientes de diferentes formas, siendo las llamadas telefónicas el método más común en el que se trata de convencer de las cualidades del servicio. Pero, ¿en realidad funciona así de simple? Estas ofertas, muchas veces, pueden parecer como lanzar anzuelos y esperar que la oportunidad se dé… Si es que se da. ¿No es mucho más asertivo, antes de contactar al potencial cliente, tener información valiosa de su compañía y de su sector que les otorgue herramientas a las aseguradoras que favorezcan la venta?
La Superintendencia de Sociedades comprende el alto riesgo de que actividades relacionadas con el LA/FT/FPADM puedan permear ciertos sectores y causen estragos en la economía del país y las empresas del sector real. Es por eso que se modificó el Capítulo X de la Circular Básica Jurídica 100-000005, el 24 de diciembre del año anterior, lo que significa que, dependiendo de los ingresos o activos anuales, tu empresa podría estar obligada a implementar un nuevo sistema de autocontrol y gestión del riesgo integral de lavado de activos y financiamiento del terrorismo (SAGRILAFT), antes del 31 de mayo del presente año.
Considere una empresa como si se tratara de un trayecto en un vehículo, en el que hay que desplazarse de un punto A a un punto B y hay un dispositivo GPS que, después de haber trazado la ruta más óptima, le estará avisando todo el tiempo al conductor por dónde tiene que ir para llegar a su destino. En una empresa, todas esas indicaciones son las directrices para llevar a cabo sus propósitos, la hoja de ruta para el éxito.
En materia de medición del riesgo son muchas las aristas que debe medir un empresario para sacar máximo provecho de la información. El primer asunto a señalar es que la medición del riesgo se toma en muchos casos como un simple asunto de cumplimiento pero se subestima el valor estratégico de estas métricas. Es urgente, a la vez que práctico, llamar a los empresarios a ver los beneficios de medir el riesgo en los negocios.
Una buena medición del riesgo con información actualizada puede indicar cuáles son los mejores aliados para los negocios. Toda transacción está mediada por un grado de riesgo, esto es inevitable, pero se trata de aprovechar la información para reducir ese margen.
Un insumo esencial para definir estrategias comerciales y permanecer en el mercado de forma estratégica es contar con información oportuna y actualizada para la prevención de riesgos de LA/FT al darle una mirada transparente de otros actores del mercado previa a la toma de decisiones.
Es claro que la crisis sanitaria ha sido todo un desafío para la gran mayoría de los sectores económicos a nivel mundial. Un sinnúmero de empresas ha intentado sobrevivir rediseñando su esquema de servicios y a otras no les ha quedado más opción que cerrar definitivamente.